Corrupción y machismo pulula en frontera

"¿Cuántas son?" Les preguntó el encargado de migración. Seis respondieron. "Y todas son jovencitas, porque van de los 19 a los 25 años, ahh y mujeres todas". Si, volvieron responder. "Ayy dios es que ustedes, porque no se les ocurrió venir con un adulto responsable o con un hombre". Sí, pero es que todas somos adultas, alegaron. "Si pero yo no hablo de eso, yo hablo de un hombre que las acompañe", reiteró el funcionario público. 

El lunes 5 de junio de 2017, Heidy, Andrea y Paula de Guatemala, Esperanza, Xiomara y Arantxa de El Salvador -de quienes omitimos su apellidos por seguridad- salieron de sus países pero no pudieron ejercer su derecho a la libre circulación por el territorio centroamericano, lo que vivieron fue más que una pesadilla.

Las jóvenes participarían en un encuentro de mujeres en Nicaragua, referido a salud sexual y reproductiva y prevención de embarazos en adolescentes. Viajaban en autobús, bajo los servicios de una empresa de transporte terrestre que opera en Centroamérica bajo la marca Platinum King Quality.

La policía salvadoreña les preguntó aspectos de su vida personal, ¿Por qué van solas? ¿Tienen parejas? violentado sus derechos sexuales. En la frontera de Honduras la situación empeoró hasta llegar a acoso. “Adiós mamasota, dijo un tipo que también trabajaba en Migración, porque estaba ahí metido”, relata Arantxa.

Lo peor estaba por venir. Al llegar a la frontera entre Honduras y Nicaragua, tenían que bajar del bus y caminar varias cuadras para llegar al puesto de migración. El ayudante del autobús les informó que no las dejarían pasar porque viajaban en grupo. Que cuando viene un grupo al país, a determinada actividad, tienen que portar una carta. “No es solo una carta, es que alguien tiene que enviarle una invitación para entrar a Nicaragua“, les refirió.

Primero nos sacó de la mera frontera, a un lugar más apartado, donde no nos escucharan, decía aquí no nos van a dejar pasar, ni nos vamos a ir hoy”. Les informó y les advirtió que tenían que hacer un gran papeleo sino se quedarían. 

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Cuenta Arantxa que mientras conversaba con ellas les advertía que nadie podía verlas hablar con él y que no llamaran a nadie para denunciar lo que pasaba. “Lo que podemos hacer es pasarlas “bajo de agua”, podemos arreglarlo de otra manera, me entienden verdad”. Si, cuánto es le contestaron. “Cuánto tienen. Mínimo 15 dólares cada una”. Todas expresaron que no tenían dinero, el hombre se alejó al ver que venía una persona de migración, no sin antes decirles “vean si lo juntan”. 

Las jóvenes decidieron no prestarse a la corrupción. “No vamos a pagar eso, porque es por lo que estamos luchando. A mí no me vas a ver la cara, yo sé que esto es un acto de corrupción y que vos estas metido en todo cuenta Haidy que dijo al ayudante. “No, yo no, de verdad quiero ayudarles, para que fuera más fácil”, contestó el ayudante del autobús.

Según el relato de las jóvenes, el ayudante entraba y salía de las oficinas de migración, como Pedro en su casa. Les informó que era tarde. Tarde para qué, dijeron ellas. “Es que ellos ya se enteraron. En qué momento se volvió tarde. En el momento que ellos vieron que estoy hablando con ustedes” les respondió.

En las oficinas de Migración de Nicaragua, les comentaron del caso de una periodista de Canal 21 de El Salvador, que había intentado ingresar al país para cubrir el partido entre Nicaragua y Bolivia y no la dejaron pasar pese a tener sus documentos en orden, incluyendo una carta de recomendación. “Si no la dejaron pasar a ella peor a ustedes”. La idea era causarles miedo. 

​Ante la angustia que el autobús partiera sin ellas y la cara de desesperación de los demás pasajeros, Paula les contó lo que pasaba. “Nos están pidiendo mordida, no llevamos nada malo”, después la gente se calmó y una señora las apoyó. Aunque el ayudante les dijo, “voy a ser sincero, la gente de Guatemala y de El Salvador los tachan de mareros, entonces no lo dejan entrar.”

El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras son parte del Acuerdo Regional de Procedimientos Migratorios CA4 para la Extensión de la Visa Única Centroamericana, que busca regular la extensión de dicha visa, y otorga libre movilidad a quienes residen en dichos países,  sin restricciones más que sus documentos de identidad nacional o en caso de ser menor de edad.

¿A qué van? les preguntaron en Migración 

Heidy cuenta que repondieron: “Somos mujeres líderes de diferentes organizaciones en nuestros países y vamos por la prevención de embarazos en adolescentes. Todo lo que le estaba diciendo lo empezó a escribir en la hoja de mi pasaporte. Le empecé a contar de Las Dignas, y ahí qué hacen, me dijo. Son organizaciones que ayudan para los espacios de las mujeres”.

Facilitar nombres de las organizaciones que las invitaban, número de cédulas, direcciones y hotel donde se hospedarían, no fueron datos suficientes para que Migración Nicaragua las dejara pasar. Les dijeron que en El Salvador hay mucha delincuencia. “La señora que nos estaba defendiendo les dijo y sólo porque en su país hay pandillas, van a dejar estas jóvenes aquí. Como ciudadana quiero saber por qué las tienen aquí. Y le inventaban cosas y no le terminaban de explicar”.

A las doce de la noche el ayudante del autobús bajó sus maletas y les dijo que en la oficina (de Platinum- King Quality) ya sabían que el problema era de migración. “Si ustedes no lo han resuelto no es nuestro problema”.

Nuevamente las llamaron de Migración Nicaragua para solicitarles otra vez sus datos y fotografiarlas. “No sabemos por qué nos tomaron fotos, cuando preguntamos, nos dijeron que nos iban abrir una base de datos. Nos tomaron las fotos y después nos echaron” narran las integrantes del grupo.

Las situaciones de acoso volvieron en Migración de Nicaragua. “Xiomara fue acosada, los tipos de la ventanillas la empezaron “a cuentiar” y le quedaban viendo el trasero. Luego, les dieron un formulario que tenían que llenar y mandarlo por correo. Aunque no les garantizaban que fuera ágil el trámite. “Si usted quiere llenar esto no puede hacerlo en territorio nicaragüense porque no están autorizadas a permanecer aquí. Entonces si usted quiere agarra esta hoja la va llenar a la frontera de Honduras y la manda por correo”, relata Haidy.

A la una de la mañana arrancó el autobús de King Quality sin ellas. Se quedaron en una frontera con poco tránsito, sólo algunos furgones estacionados. Un lugar oscuro y desolado. “Tocó agarrar las maletas y armarnos de valor”, y caminar de regreso a la frontera de Honduras.

Se refugiaron en una oficina de atención al cliente. Un señor de Migración de Honduras les gritó que no podían permanecer ahí. “Ustedes qué piensan, que esto es una casa particular, esto es propiedad del Estado, si quieren quédense afuera pero aquí adentro no”.

Para María José Díaz, directora de Asodel y una de las organizadoras del encuentro de mujeres jóvenes, este hecho evidencia cómo se desvincula el Estado de la ciudadanía y se coloca del lado de la empresa privada. “Detrás de eso lo que hay es una privatización del Estado”.

Catorce horas de viaje y desgaste físico y emocional vivieron las muchachas. Pero una señora se solidarizó con ellas y les regaló agua y papel sanitario. Luego consiguieron apoyo de una activista hondureña, quien les ayudó a conseguir hotel a unos 15 kilómetros. A las siete de la mañana regresaron nuevamente a la frontera, el personal de migración era otro. Esperaron hasta la una de la tarde para realizar nuevamente los trámites.  

Paralelamente, María José Díaz se trasladó a las oficinas de Platinum- King Quality en Managua para denunciar el caso. La explicación del gerente fue que “la normativa salió el año pasado y no se circuló a las empresas de viaje, esto es un memorándum interno que ellos manejan”.

Cuando Díaz hizo saber los actos de corrupción del empleado de la empresa, el discurso cambió y el gerente aparentó preocupación por la seguridad de las chicas. Empleados de la empresa dijeron haber llamado a la frontera y les reportaron que “las chicas fueron malcriadas”. Luego, de la empresa llamaban continuamente a Díaz intentando desentenderse de la situación.

En el portal web del Ministerio de Gobernación aparece el acápite Solicitud de ingreso ordenado y seguro de visitantes invitados por motivos diferentes al turismo donde explican que el procedimiento aplica tanto para el ingreso como para el egreso por cualquier puesto fronterizo.

Según la directora de Asodel el documento que proporcionaron a las jóvenes no tenía membrete oficial. “La asistente de Pedro Reyes, de Gobernación, me explicó que el año pasado a raíz de las elecciones llegaron personas que dijeron que venían como turistas y finalmente hicieron otra cosa. Entonces se hizo un memorándum de regulación para todo lo que no sea turismo”. 

Xiomara, del grupo de jóvenes, valora que hubo negligencia de la empresa porque tenían el deber de informales el nuevo procedimiento. “Le preguntamos a la agencia ante de viajar, en migración nos dijeron que la agencia tenía la obligación de informar, y preguntamos varias veces”.

Por su parte, Paula considera que lo que les pasó representa en pequeño lo que están pasando las feministas en Nicaragua. “Entre línea lo que nos dijeron los de Migración es que a las mujeres nos tienen miedo”.

Lo positivo de la situación, comenta Andrea, es que lograron unir lazos de complicidad y sororidad. No esperar que pasen este tipo de situaciones para ser aliadas con las demás mujeres.

Descargue el nuevo formulario de Migración

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